sábado, 7 de julio de 2018

LA MASCLETÁ

 Impensable hoy para muchos la imagen de correr en ella, aunque en algunos lugares, muy pocos, se sigue disparando este tipo de Mascletà, tanto la de “Trams de Tro” como la “Engraellà”. Este año justamente, durante las fallas 2016, se disparó una pequeña Mascletà de “Trams de Tro” en la plaza del Ayuntamiento de Valencia, aunque ni tomó fuego del sagrario ni la gente se animó mucho a correr bajo ella, además de ser llamada “traca correguda”. Quizás, esto último, por desconocimiento, y sobre lo participar en ella por miedo, a pesar de que era evidente de que el Tro no era peligroso. Lo que no saben muchos, quizás, es que cuando el fuego es peligroso y puede dar miedo (la actual Mascletà), deja de ser Mascletà y se convierte en pirotecnia.

 Si fuéramos preguntando a cualquier persona por la calle que nos explicara “¿qué es una Mascletà?”, bien seguro que la gran mayoría nos daría como respuesta lo anterior mencionado junto con algún sentimiento de emoción, indicando, además, que son propensos a saltar y gritar para liberar un sentimiento de júbilo ante tal “ruido”. Pero la realidad es que muy pocos saben que lo que se vive hoy en día en la plaza no es propiamente dicho una “Mascletà” en origen, además de que no deberían de ser simples espectadores, sino también partícipes. Esto bien lo saben gran parte dels “Vells” y “Mestres Traca”, que en realidad son, muchos de ellos, los que prefieren llamar lo vivido hoy en la plaza durante la fiesta fallera con el nombre de “pirotecnia”.

Mascletà de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. Año 2016.
 Muchos valencianos desconocen el origen y nombre de la mascletà. A finales del siglo XVIII o principios del XIX, els mascles de la época se tiraban petardos a los pies calzados con alpargatas de cáñamo y apostaban a ver quién aguantaba mas explotándoles los petardos parándolos con los pies. El que más petardos aguantaban era el més mascle. Con el tiempo ya empezaron a ponerse los petardos atados por cuerdas y unidos entre sí a través de mechas, para que se pudieran dispararan todos seguidos. De esa forma fue creándose la mascletà. Luego se fueron levantando las cuerdas de traca, y se empezaron hacer también de varios calibres y tamaños. Creemos que cuando más ruido se consiga es mejor, y eso no es cierto. Y es difícil dispararla bien, pues se ha de conseguir una sincronización para que te haga estremecer.

 Podría decirse, acertando de lleno, que el origen de la actual Mascletà en Valencia nace en los años 40, en el siglo pasado, una vez ya acabada la Guerra Civil y en tiempos de posguerra. Hasta entonces, incluido 1944, se disparaba durante la semana fallera, del 13 al 19 (aproximadamente) al mediodía, una “traca” que solía recorrer numerosas calles. Fue al año siguiente, 1945, cuando se da el origen de la primera Mascletà de la historia en Valencia capital, tal y como la conocemos hoy en día. Aquella Mascletà, un 11 de marzo de 1945 a las 13:00 horas, la disparó un tal Antonio Caballer, de Moncada, que puede que os suene el apellido. Época difícil por entonces, sin ninguna duda.


Mascletà de Trams de Trons en la calle
San Vicente Mártir de Valencia.
 Cabe destacar que esta primera Mascletà nace por querer trasladarse una idea, que ya existe, a la actual plaza del Ayuntamiento. Hecho que ya se vive en localidades como Godella o Burjassot, entre otras. Pero aquello, que no era nuevo, nace distorsionado, tanto en origen como lo ya vivido, y que todavía se hacía, dentro de la ciudad. Por entonces, era muy común en Valencia que los hombres corrieran bajo una hilera de “Trams de Tro”, como si acompañaran al fuego (disparo de la traca) siendo partícipes y no simples espectadores como lo hoy vivido. De manera errónea en la historia, esto se ha reconocido como “traca correguda” o “corre traca”, cuando en realidad es una “Mascletà de Trams de Tro” (recordar que la traca correguda era una parte de la Mascletà y no una Mascletà propiamente dicha).


 Sobre los rituales que se seguían, y que algunos siguen, son numerosas las acciones que el actual pirotécnico debe de realizar durante la Mascletà, siendo una de ellas, por ejemplo, la “Rechimentà” (acción de montar un fuego, armonizarlo, prepararlo, así como también se puede decir que se hace la acción de “rechimentar” durante la Plantà), considerado como un acto sagrado, donde su fuego origen y de inicio debe de ser también tomado de un lugar sagrado, conocido como sagrario (lugar santo de una iglesia, de las antiguas lucernas o antiguas lámparas, siendo hoy el cirio principal que representa a Dios en Altar Mayor).

 Una de las costumbres también que hoy conocemos es el llamado “avís” (aviso), que no es otra cosa que los tres disparos justo antes de comenzar la Mascletà. El origen de estos disparos tienen su nacimiento en los llamados “Tro Toc”: los cuales eran tres antes de comenzar los fuegos; los que fuesen necesarios durante estos; y tres al final (puede que os suene la composición actual, 3 avisos antes de empezar, la Mascletà y los tres finales para darla por concluida). Tampoco era normal el silbar antes del comienzo (cosa muy común hoy en día antes de aproximarse las 14:00 horas como muestra de impaciencia), pues por entonces al “Mestre Traca” se le respetaba antes de su comienzo, donde los “Tro Toc” de inicio podrían comenzar, incluso, una hora antes, espaciados de forma normal en tiempo aproximado de 15 minutos (hoy impensable para muchos).

 Tampoco se conocía, por entonces, esa costumbre de “Senyor pirotècnic, pot començar la Mascletà”, quien, como norma general, hoy en día la da la Fallera Mayor de Valencia. Iniciada en tiempos actuales, desvirtúa en origen el “permís al Vell”, pues es aquel el que como “Mestre de Traca”, jubilado y sabedor de todos los ritos traca, da permiso al pirotécnico. ¿Qué cómo? Pues es el pirotécnico, bajo la pregunta dirigida al Vell de “puc”, siendo éste el que le autoriza con un “pots”, pudiendo incluso suspenderse la Mascletà si el Vell lo considera oportuno, cosa que se ha llegado a producir en la historia.

 Así que la próxima vez que acudáis a una Mascletà, dirigid vuestra mirada, si estáis cerca, a la plaza, donde está montada. Quizás tengáis la suerte, si los pirotécnicos son fieles, de poder ver aquello de iniciarse el fuego con algo encendido desde un sagrario (quien sabe) dejando a un lado tanta electrónica y programación pirotécnica, y a un vell “donant permís” al “Mestre Traquer” con un “pots”. Puede que, tras esta explicación, veáis la Mascletà desde otro punto de vista, desde sus orígenes.

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