Horarios:
De lunes a sabado:
10.00 h a 19.00h
Domingos y festivos: 10 a 14 hs.
Cerrado: 1 y 6 de enero, 1 de mayo y 25 de diciembre.
Precio:
Entrada general 2€.
Domingos y
festivos entrada gratuita.
Bono 3 días 6€ |
HISTORIA:
La Lonja de la Seda de Valencia o Lonja de los Mercaderes (en valenciano Llotja de la Seda o Llotja de Mercaders) es una obra maestra del gótico civil valenciano situada en el centro histórico de la ciudad de Valencia (España). Declarada, en 1996, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se encuentra situada en la plaza del Mercado, número 31, frente a la Iglesia de los Santos Juanes y del Mercado Central de Valencia.
La Lonja de la Seda se sitúa en el mismo centro de la ciudad (barrio del Carmen), delante de la plaza del Mercado, calificada por numerosos cronistas como un escenario colorista y ruidoso dotado de una sensualidad muy especial.
Fue construida entre 1482 y 1548, y su primer constructor fue Pere Compte entre los años 1483 y 1497 sobre el modelo de la Lonja de Palma de Mallorca, constituyéndose en un edificio emblemático de la riqueza del Siglo de Oro valenciano (siglo XV) y muestra de la revolución comercial durante la Baja Edad Media, del desarrollo social y del prestigio conseguido por la burguesía valenciana.
El nombre que recibe el edificio de Lonja de la Seda deriva del hecho que el tejido de seda era desde el siglo XIV al siglo XVIII la industria más potente de la ciudad. En el siglo XIV ya había sederos locales, mayoritariamente judíos, y más tarde conversos, agrupados en 1465 en la «cofradía de la Virgen de la Misericordia», bajo cuya advocación hay una capilla en la Lonja construida entre 1484 y 1486.
Cuando se estaba edificando la Lonja de la Seda, la industria sedera de Valencia tuvo un gran auge, traducido en los 293 maestros sederos censados en la ciudad en 1487. Al final del siglo XVII, tan importante era la seda en las transacciones comerciales que la Lonja de Mercaderes pasó a ser conocida como de la Seda. Durante la segunda mitad del XVIII fue el momento de máximo esplendor: veinte cinco mil personas se dedicaban a la industria de la seda en la ciudad, que contaba con más de tres mil telares. Así mismo, a partir de 1790 empezó el ocaso de la industria sedera en Valencia, que nunca más volvió a remontar. No obstante, la lonja ha mantenido su nombre tradicional hasta nuestro días, en homenaje a la que fue pionera industria valenciana durante tantos siglos.
CONSTRUCCIÓN
La construcción de la Lonja, en valenciano «llotja» o «llonja», en la Comunidad Valenciana y las islas Baleares,se ha interpretado como el resultado de la prosperidad comercial conseguida por Valencia en el siglo XV, y como un símbolo del poder de la ciudad para atraer a los comerciantes, en un momento en que ya se vislumbraban tiempos difíciles para la economía local derivados del descubrimiento de América y el consiguiente desplazamiento del comercio del Mediterráneo hacia el Atlántico.
Las lonjas de comercio en la Corona de Aragón se construían siguiendo el mismo esquema: una sala de planta rectangular sostenida por columnas. La de Valencia fue precedida por la Lonja de Barcelona (1380-1392) y la Lonja de Palma (1420-1448), con unos pilares helicoidales donde se sostienen las bóvedas de crucería de tres naves.Entre los años 1541 y 1551 se edificó la lonja de Zaragoza del mismo tipo, pero ya con estilo renacentista. Considerando que el esquema arquitectónico era siempre el mismo, el Consejo General de la Ciudad, en 1469, insistió en la belleza del edificio que debía ser: «muy bella, magnífica y suntuosa, la cual sería honor y ornamento de esta insigne ciudad». La obra fue encargada al maestro Pere Compte, ya conocido en la ciudad por haber sido el encargado de las obras del último tramo de la Catedral.
La Lonja fue construida entre 1482 y 1498 por los maestros canteros Pere Compte,Juan Ivarra,mJoan Corbera y Domingo Urtiaga, que dio por terminada la Lonja en 1548. Su construcción se asemeja a los castillos medievales por el aspecto de fortaleza que adquieren sus gruesos muros y sus almenas.
Para poder construir su edificación se compraron y derribaron veinticinco casas próximas al mercado. El encargado de la construcción, que sería realizada en piedra calcárea, fue el prestigioso picapedrero gerundense Pere Compte, ayudando por el guipuzcoano Juan Ivarra. La primera piedra no se colocó hasta el 1482, y las obras, costeadas por la ciudad, no se iniciaron hasta un año después, como se sabe gracias a la inscripción que hay en el escudo que se encuentra en el ángulo de las calles de Pere Comte y de la Llotja.
Las obras empezaron con el derribo de las casas, la adecuación del terreno y las entregas de materiales al maestro de obras de la ciudad Francesc Biulaygua, de las que se tiene constancia desde el 16 de enero de 1483 y de la entrega de piedras para los picapedreros el 15 de febrero. El principio oficial de las obras puede considerarse con fecha del 5 de febrero de 1483 y el 14 de marzo se pagaron los primeros jornales a Pere Comte y a Johan Yvarra: pro salarium eorum et Sue comitive. En junio se decide pagar … no a estalls sinó a jornals «(no a destajo sino a jornales)». En esta misma fecha se decide que el portal principal... sia principiat a llavorar e les finestres que ab aquell serán contigües e tot el restant de l'enfront sia fet de pedra picada ab artificiós magisteri llavorada ab les imatges e maçoneries e fullatges. «(..se comience a trabajar en las ventanas que en ésta estarán contenidas y todo lo restante del frontal sea hecho de piedra picada con artificiosa maestría laborada con las imágenes y mazonerías y follajes)». A partir de este momento empezaron los trabajos de tallar la piedra. En octubre de 1483 el maestro de obra de la ciudad Biulaygua terminó sus trabajos en el terreno y desaparece de toda documentación.
ARQUITECTURA
La Lonja está formada por cuatro partes que son: la Torre, donde se encuentra un calabozo en el cual eran introducidos los ladrones de seda y los mercaderes y comerciantes poco honrados hasta que venían hacerse cargo de ellos las autoridades pertinentes, la Sala del Consulado del Mar, antiguamente casa de la ciudad, el Patio de los Naranjos y el Sala de Contratación o Salón Columnario. La superficie del monumento supera los 2.000 metros cuadrados entre zonas edificadas y no edificadas. El edificio se adapta a un solar rectangular, el sur mira hacia la plaza del Mercado, el oeste hacia la calle de los Cordellats, el norte hacia la calle de La Lonja y la parte este hacia la calle de Pere Compte. Enfrente mismo se encuentran el Mercado Central y la iglesia de los Santos Juanes.
Vista desde la plaza del Mercado, la parte derecha del edificio corresponde a La Lonja propiamente dicha, también conocida como Sala de contratación o Salón columnario (1483-1498); a su izquierda se encuentra la Torre central (1483-1498), de tres cuerpos empleados para capilla (el piso bajo) y para prisión (los dos pisos superiores). Un poco más hacia la izquierda hay el cuerpo constituido por tres plantas del Consulado del Mar, que se añadió posteriormente (1498-1548). El Patio de los Naranjos articula las tres zonas del edificio, que ocupan más de dos mil metros cuadrados en total.
Para construir La Lonja, Pere Comte se inspiró en la Lonja de Palma, realizada por Guillem Sagrera en 1448, el cual, a su vez, se había inspirado probablemente en el aula capitular del convento de Santo Domingo de Valencia de principios del siglo XIV.
La Lonja de Valencia, sin embargo, presenta una medida y una ornamentación más grande que la mallorquina. La de Valencia destaca por la riqueza de la decoración flamígera en las ventanas, por las puertas monumentales con arcos conopiales y por sus pequeñas esculturas y las veintiocho gárgolas, la mayoría con escenas satíricas o eróticas. Además, tiene una gran profusión de escudos con los cuatro palos del rey de Aragón, entre los que se destaca el de la clave de bóveda central de la Sala de Contratación y, sobre todo, los que se encuentran en los ángulos de las plazas del Mercado y del Doctor Collado rodeados por ángeles
El salón columnario o sala de contratación
El Salón Columnario o Sala de Contratación es una gran estancia interior, con tres naves longitudinales (ancho total de 21,4 m) y cinco naves transversales ( fondo total de 35,6 m), cuyo techo es un conjunto de bóvedas de crucería, de una altura de 17,4 m, sostenidas sobre 8 esbeltas columnas helicoidales y dieciséis pilastras del mismo tipo que sostienen las bóvedas. De las columnas de once metros de altura nacen unos nervios que se extienden sobre tramos cuadrados a la misma altura y que conforman unas bóvedas casi esféricas. Esta geometría esférica permite la multiplicación de nervaduras y de claves; los nervios forman una doble retícula por tramo reforzada con otros diagonales en cada cuadrado. Las claves llegan al número nueve por tramo.
A la sala de Contratación se accede por unos portales formados por arcos conopiales dispuestos entre largos pináculos, se encuentran en la fachada principal (plaza del Mercado) como en la posterior (plaza de La Lonja). Estos portales se forman con grupos de esbeltas cañas prismáticas rematadas por agujas floridas. Hay también dos puertas laterales, una que abre a la calle de Pere Compte y otra al Patio de los Naranjos. Las fachadas están rematadas con merlones.
La Lonja fue diseñada como un templo al comercio y presenta un marcado carácter simbólico, en el que se ha querido ver la representación del paraíso en el que las columnas serían los troncos de las palmeras y las cúpulas representarían la bóveda celeste, que se encontraba originalmente pintada de azul con estrellas doradas. El municipio instaló aquí la taula de canvis, creada en 1407 por privilegio del rey Martín I el humano, para realizar las operaciones bancarias del momento del siglo XV, donde se realizó la primera letra de cambio. En solo quince años (1483-1498), Pere Compte y sus ayudantes fueron capaces de acabar la Sala de Contratación, cuerpo principal del edificio. A lo largo de la parte más alta de las cuatro paredes, lindando con las bóvedas, existen unas inscripciones en latín realizadas en oro sobre un fondo oscuro, en forma de cenefa, que recuerda a los comerciantes sus deberes como mercaderes y buenos cristianos de no actuar con usura en el negocio para conseguir así la vida eterna. La inscripción, en latín, (por duplicado, una vez sobre los muros sur y oeste y una segunda sobre los de la parte norte y este) dice así:
Inclita domus sum annis aedificata quindecim. Gustate et videte concives quoniam bona est negotiatio, quae non agit dolum in lingua, quae jurat próximo et non deficit, quae pecuniam non dedit ad usuram eius. Mercator sic agens divitiis redundabit, et tandem vita fructur aeterna.
(Casa famosa soy en quince años edificada. Probad y ved cuan bueno es el comercio que no usa fraude en la palabra, que jura al prójimo y no falta, que no da su dinero con usura. El mercader que vive de este modo rebosará de riquezas y gozará, por último, de la vida eterna.)
La Torre
La Torre de la Lonja, el remate de la cual, restaurada en los años 1885/1902, se presenta en color más claro.
La torre de la Lonja, fue construida a la vez que la Sala de Contratación, es cuadrangular y más o menos, un tercio más alta que el resto del edificio. El restaurador Josep Aixa le añadió los merlones que hoy día presenta, entre los años 1885 y 1902, copiando los de las cubiertas de la Sala de Contratación y del Consulado del Mar.
Desde el Salón Columnario hay una escalera de caracol para acceder a la torre. Por falta de acondicionamiento no se puede visitar como tampoco la escalera, que es un trabajo de gran virtuosismo de Pere Compte, donde demostró su dominio de las técnicas arquitectónicas. Esta espléndida escalera está formada por un ojo de caracol abierto con helicoide de arista, con los escalones adosados al muro circular. Por la cual se accede a las salas superiores de la torre, contaba originariamente con ciento diez escalones, pero en la restauración realizada por el escultor Josep Aixa y el arquitecto Antoni Ferrer, se le añadieron otros treinta y dos, ya que se consideró que la torre había quedado inacabada. La escalera de la torre tiene veintiséis metros de altura, por lo tanto cuenta con ciento cuarenta y dos escalones totales de una medida de dieciocho centímetros de alto. Los pisos altos de la torre se destinaban a prisión para los mercaderes morosos en sus pagos.
La planta baja del edificio era la capilla, construida en los años 1484-1486, atribuida a Juan Guas, la cual cuenta con una bóveda de crucería estrellada en cuyas ménsulas se encuentran la representación de los cuatro evangelistas. Juan de Córdoba cobró quince libras en mayo de 1484 por «pago de las obras hechas en la capilla de la lonja». El diseño de esta bóveda de crucería de la capilla, inédito hasta entonces en Valencia, hace pensar que este Juan era en realidad Juan Guas, maestro de obras del rey Fernando el Católico, el cual había empleado el mismo diseño en un edificio de Segovia. Esta bóveda consta de ocho pequeñas claves con escudos de la ciudad y ángeles músicos alternándose y rodeando una imagen de la Virgen de Misericordia, que se encuentra en la clave central, en el 1465 se habían agrupado bajo la advocación de esta Virgen la cofradía de los fabricantes de seda. La capilla tiene dos entradas una más ornada con la imagen del Creador sosteniendo la bola del mundo y con adornos góticos y otra por la que se accede al Pabellón del Consulado del año 1549 con el escudo de la ciudad en su parte central.
Patio de los Naranjos
Otro de los elementos de La Lonja es su jardín, llamado Patio de los Naranjos, al cual se accede a través de la puerta de la Sala de Contratación, que se encuentra llena de detalles escultóricos. El lugar es un espacio tranquilo y relajante que cuenta con diversos naranjos y cipreses y con una fuente central en forma de estrella de ocho puntas. A su alrededor, hay unos bancos de piedra para descansar mientras se observan las satíricas gárgolas, los detalles de la fachada de poniente de la Sala de Contratación y los de la puerta del Consulado del Mar, al que se puede acceder desde el mismo patio a través de una amplia escalera de piedra al aire libre. Según Joan Fuster, en este patio se celebraban fiestas y ceremonias cuando venían los reyes de la dinastía de los Austria.
Consulado del Mar
En la parte izquierda del patio de los Naranjos, se encuentra el Consulado del Mar, institución creada en 1238 donde los jueces o los cónsules de comercio celebraban sesiones sobre asuntos marítimos y mercantiles. Empezado por Pere Compte, después de su fallecimiento en 1506, siguió con las obras Joan Corbera y fue finalizado en 1548 por el guipuzcoano Domingo Urtiaga, este consulado es de planta rectangular y de estilo renacentista y fue literalmente adosado al muro de poniente de la lonja original.
Según Manuel Sanchis Guarner, el Consulado, con una profusa y graciosa decoración bastante italianizante, convive en feliz maridaje con la gótica Sala de Contratación
En la primera planta, es donde se encuentra la Cámara Dorada, se accede a través de una escalera monumental de piedra, desde el patio de los Naranjos. Esta cámara está ornamentada con un techo gótico -hecho por el maestro de obra de la ciudad Joan del Poyo (1418-1428)- rescatado de la antigua Casa de la Ciudad al ser derribada ésta durante el siglo XIX. Estuvo encajado de manera muy satisfactoria en la Cámara Dorada hacia el año 1921. Este techo, de madera policromada, vino a inaugurarlo, en su primera ubicación, Alfonso el Magnánimo, tiene centenares de piezas de carácter zodiacal, bélico, grotesco, quimérico, vegetal, musical y heráldico como el escudo de la ciudad de Valencia, que se repite decenas de veces.
La planta baja del Consulado, que se utiliza para exposiciones y audiovisuales, cuenta con un interesante techo de estilo renacentista. Se accede desde el patio de los Naranjos o desde la Capilla.
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Fue nombrado Monumento Nacional desde el año 1931,y la Unesco declaró la Lonja de la Seda Patrimonio de la Humanidad el 5 de diciembre de 1996, como «ejemplo totalmente excepcional de un edificio secular en estilo gótico tardío, que ilustra de manera espléndida el poder y la riqueza de una de las grandes ciudades mercantiles del Mediterráneo», siendo considerada como uno de los más brillantes ejemplos del gótico civil europeo. Las fachadas rectangulares de piedra picada, los suntuosos medallones renacentistas, las artísticas esculturas y gárgolas, las perfectas proporciones de las puertas y ventanas, de los escudos y de los merlones, recuerdan el esplendor del gótico tardío valenciano. En el año 2013, gracias a un novedoso método de valoración específicamente diseñado para inmuebles histórico-artísticos, se estimó el valor de la Lonja entre 350 y 400 millones de euros.
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